Estimados colegas del Consejo FAPOL, Bureau saliente, Bureau entrante, Presidenta Honoraria de la FAPOL, Flory Kruger, Presidenta de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, Christiane Alberti, y toda la comunidad presente:

Debo confiarles que estoy muy satisfecha del trabajo que hemos realizado en la FAPOL. Servir a la causa analítica desde la función de la Presidencia ha sido para mí el mayor de los honores. Estoy muy agradecida por haber tenido esta oportunidad.

Con Ricardo Seldes y Iordan Gurgel, conformamos un equipo formidable, balanceado: el optimismo, y el saber de la experiencia, lo nuevo y las buenas ideas, y la frescura de lo múltiple, siempre en una interlocución permanente sostenida en la confianza.

Logramos muchas cosas y, por supuesto, dejamos abiertas otras, para ser puestas al trabajo en la gestión que continúa, que orientará el marco político e institucional bajo el cual se desarrollarán.

Asumimos la función en septiembre 2020, inaugurando el Reglamento interno, en un contexto de plena pandemia e incertidumbre. El primer reto fue promover los encuentros y los lazos entre las tres escuelas para dar cuerpo y sustancia a la federación. Lo hicimos partiendo del Bureau, con el Consejo, cuidando la esencia del espíritu del ENAPOL, al interior de los Observatorios, y por supuesto, también de las Redes.

En estos 21 meses de gestión hemos trabajado siempre respondiendo a la orientación de la AMP, concernidos por el compromiso de fortalecer la presencia de nuestro discurso en el Otro social y reafirmar la posición del psicoanálisis frente a los síntomas actuales, en la universidad, las instituciones y la cultura, en articulación con el Campo Freudiano y cuidando de alojar el deseo de los jóvenes concernidos por la causa analítica.

Para ello, contamos con la colaboración y participación de muchos colegas, a quienes, es, ahora, la oportunidad de reconocer y agradecer.  Especialmente, Susana Schaer desde la Secretaría de Prensa, colaboradora fundamental en nuestras comunicaciones, quien se ha encargado también de la organización de este gran evento junto con Carlos Rossi, siguiente responsable de esta Comisión tan clave. Gisela Hirschfeld y Gonzalo Zabala, nuestro soporte técnico en medios, me han apoyado confeccionando un breve video que resume el trayecto recorrido y que, a su vez, permite dar a conocer públicamente el aparato de trabajo que, de manera muy dedicada y a veces no tan visible, ha llevado adelante la administración, organización y ejecución de las tareas en el interior de las comisiones de trabajo, así como el trabajo político e intelectual de los Consejeros y Coordinadores de los Observatorios y Redes que en este tiempo han protagonizado los debates políticos y los acontecimientos FAPOL.

De este recorrido, me llevo cantidad de enseñanzas. Ocupar funciones en la estructura institucional abre las puertas para ampliar la perspectiva y entender un poco mejor el complejo panorama organizativo y político que nos reúne en función de nuestra causa.

Hay un elemento muy curioso que me gustaría destacar y que se capta muy bien, especialmente, a la hora de nuestros encuentros y, como no podía ser de otro modo, también en nuestra economía. En la FAPOL se habla el español en sus variaciones de tonos y acentos, el portugués y, generalmente, ese portuñol que, a partir de la mezcla de una y otra lengua, nos da la ilusión que nos entendemos un poco más y que nos podemos aproximar a la comprensión del decir del otro. Se vive la experiencia constante de lo heterogéneo y la Otredad, siempre hay un resto enigmático respecto de qué habrá querido decir el otro.

En el plano de la economía es bien evidente también: tenemos tres monedas y cuando queremos saber de qué valores estamos hablando, nos encontramos con las fluctuaciones financieras y los avatares de las economías locales, que nos recuerdan que los números son también siempre relativos y que finalmente, para un país quieren decir una cosa y para otro, otra cosa.

En este contexto, es muy impactante encontrar que, finalmente, el elemento común que reúne toda esta diversidad separada por los usos horarios, las lenguas y los goces, resulte el deseo de trabajar por el psicoanálisis de la orientación lacaniana y su transferencia con la causa analítica, efecto de la presencia viva del deseo de Lacan en América.

En este contexto, quisiera entregarle a Ricardo Seldes un regalo especial para su escritorio, pero solo hasta abril del 2024 -si estamos de acuerdo-, con la idea que, luego, deberá pasar a Fernanda Otoni y así sucesivamente. Mi propuesta es que sea un objeto que circule de presidente a presidente.

A la hora de pensar qué objeto podría acompañar los actos de permutación, me inspiró, entonces, la apreciación de Ricardo por lo artístico. Pensé que la FAPOL se originó porque Jacques-Alain Miller algún día imaginó el valor de una federación americana de psicoanálisis de la orientación lacaniana en América. Él la soñó y luego, sus sucesivos responsables, trabajaron para hacerla existir.

Se me ocurrió que nuestro logo, representado por ese eolio que sopla sus vientos en América, podría pintarse con una técnica artesanal que es muy bella y detallista, utilizando los colores de las distintas banderas de los 12 países que conforman la FAPOL. Se trata de la famosa técnica de los alebrijes mexicanos, pero, en este caso, proveniente del pincel de una artista brasileña radicada en la Ciudad de México, que se llama Marina Soares, quien trabajó con mucho entusiasmo y paciencia hasta lograr la pieza a la medida.

Espero que les guste, llevó mucho esfuerzo conseguirlo, tarea para la cual conté con el apoyo de Xóchitl Enriquez Carrola –asociada de la NEL-cf Ciudad de México- que me ayudó a resolver cada uno de los obstáculos para hacer esta pieza realidad.

Finalmente, quiero expresar mis mejores deseos para Ricardo Seldes y su Bureau, compuesto por Fernanda Otoni y Mónica Febres-Cordero, quienes conforman un excelente equipo y estoy segura, sabrán conducir a la FAPOL de acuerdo con las coordenadas de este nuevo tiempo, orientados, como siempre, por los principios éticos y políticos de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, presidida en este período por Christiane Alberti, a quien agradezco su presencia y su generosa participación hoy.