Partiendo de la observación de que la cuestión respecto de “qué constituye el trauma” se encuentra en el centro no solo de la doctrina psicoanalítica, sino también en el núcleo de su dimensión clínica y de su perspectiva política, la actual coordinación de la RPA eligió como tema de investigación para el período 2025/2026 “Hablar lo traumático”, convocando a los practicantes ligados a las tres Escuelas de América Latina (EBP, EOL y NEL) a enfrentar esa paradoja del psicoanálisis: hablar de lo imposible de decir.
Para ello, realizamos dos conversaciones virtuales -en mayo y julio- y una presencial durante el ENAPOL. El 4 de septiembre de 2025 llevamos adelante nuestra tercera conversación de la RPA del año, que tuvo un clima muy especial contando con la presencia de un éxtimo a la Red, nuestro querido Ricardo Seldes, quien trabajó a partir del material que le proporcionamos, resultado de las conversaciones anteriores. A partir de ese encuentro, recortamos algunas pistas para seguir investigando.
¿Qué quiere decir ser lacaniano en el campo del psicoanálisis aplicado hoy? Esa fue la primera provocación que Ricardo Seldes lanzó al abrir esta tercera escansión. Allí subrayó la orientación que Fernanda Otoni nos ha dado recordado, según la cual “el discurso analítico se infiltra en el tren político y social del discurso de la época como un agente modesto pero activo para producir una brecha e insertar el grado de diferencia absoluta que no se deja normativizar”.
Los casos presentados nos permitieron iluminar de que se trata esa infiltración y cómo cada uno de los practicantes, en los diferentes y variados ámbitos institucionales , se las ingenia para sostener y transmitir ese saber. “Infiltración argumentada”, propuso Seldes, en tanto son los practicantes, los agentes portadores de su propia mutación.
Respecto de nuestro tema, un nuevo movimiento se produce. Se trata de un desplazamiento, un pasaje que implica una depuración: de “Hablar de lo traumático” a “Hablar lo traumático”. Si, como recordó Ricardo Seldes citando a Lacan en Yale “el trauma es siempre sospechoso” − porque está mediatizado por la memoria −, la expectativa de hablar “sobre” lo traumático termina por caer. Más bien lo traumático habla y a veces sin palabras: requiere ser construido, inventado, producido.
Hablar lo traumático es también hacer hablar, incluso dejar hablar eso de lo que no se puede hablar pero insiste, apuntando al goce, el cuerpo y a lalengua, apunta a lo real de cada uno.
Nuestra orientación va en el sentido opuesto a la normalización del amo, que intenta universalizar el trauma según el sentido común. En la conversación se habló de una “política de la seducción”. Primero, seducir al amo para entrar en las instituciones y, a partir de ahí, crear cierta resistencia a la normalización, produciendo un agujero en el discurso masivo del amo. Infiltrar, seducir y agujerear.
Los casos trabajados, y tantos otros que fueron enviados y leídos por la coordinación, dan testimonio de la eficacia de esta política, así como las diversas intervenciones que pudimos escuchar en las conversaciones. Nuestra apuesta es sintomatizar el trauma. Y para eso, es necesario abrir el tiempo de comprender.
Este aspecto -la introducción del tiempo de comprender- aparece en varios, sino en todos los casos clínicos que trabajamos en nuestras conversaciones. La primera observación es que esta intervención se vuelve necesaria no solo para los sujetos, sino también para las instituciones. Para diferenciar lo traumático del trauma prêt-à-porter del discurso del amo, que instala la lógica de la víctima como centro de la cuestión, es preciso construir lo traumático, crear el tiempo para que el sujeto pueda incluirlo en su cuenta y responsabilizarse sin culpabilizarse por ello.
Sobre el analista en la institución, otro movimiento decanta: “El analista no puede no estar en contacto con lo social”, señalaba Seldes a modo de exhortación. Ese contacto no queda liberado al azar o a la contingencia: es una necesidad.
En el contexto neoliberal actual -que se impone en las instituciones y atenta contra el deseo- el practicante, de menor o de mayor experiencia, “no es víctima” si no que le toca asumir una posición de resistencia.
Dejarnos enseñar por los casos clínicos en un espacio de conversación permanente, guiados por la cuestión “Hablar lo traumático”, ha sido nuestro compromiso para el desarrollo y la consolidación del trabajo en red. Privilegiar el caso y lo que él nos enseña nos permitió investigar y detenernos a leer qué hacemos y cómo lo hacemos, a fin de infiltrar e instalar parte del discurso analítico en los más diversos contextos institucionales, dando lugar al decir del sujeto y a su singularidad.
Para el año 2026 tendremos dos encuentros virtuales -en marzo y mayo- y uno presencial en junio, donde proseguiremos el trabajo a partir de los casos clínicos que ya nos han hecho llegar.
Los invitamos a ver el video del encuentro de septiembre pasado y, por supuesto, a inscribirse en la red, si aún no lo han hecho llenando el formulario que se anexa: https://forms.gle/RD1ckrUTac6HwRPHA