Mi amigo Seldes llamó Palabras a esta breve intervención que haré hoy. Decirlas en una Conversación sobre la libertad de la palabra es un poco inquietante. Aunque como se trata de referirme muy brevemente a la FAPOL eso convierte la inquietud en entusiasmo y me hace evocar el entusiasmo que tuvimos alrededor de una mesa del café Le Select en Montparnasse, cuando una noche de manera inesperada Jacques-Alain trazó frente a Graciela y a mí el mapa en donde aparecía la novedad de una Federación Americana que reuniera de una manera inédita a las Escuelas de América y alterara ese territorio. Ese entusiasmo fue acompañado de inmediato por Leonardo Gorostiza quién era en ese momento el Presidente de la AMP.
FAPOL apareció en ese mapa mirando a la EFP, la Euro Federación de Psicoanálisis que en esos momentos estaba cumpliendo una tarea relevante demostrando la importancia de intervenir como Federación frente a los poderes públicos a la hora de enfrentar en la sede de la Unión Europea en Bruselas el conflicto suscitado sobre la reglamentación de las prácticas psicoterapéuticas, saliendo activamente en respaldo de los colegas.
Esa mirada sobre la EFP debía preservar las diferencias y las asimetrías entre ambas Federaciones en cuanto a su incidencia sobre las Escuelas. Pero su mira común era convertirse en un instrumento institucional contra los ataques al Psicoanálisis y la defensa de nuestros principios, de los principios del Psicoanálisis, frente al Otro social y sus discursos cuando estos afectaran, porqué no decirlo, la libertad de la palabra.
FAPOL reuniría a las tres Escuelas americanas de la AMP, y sería el relevo de la AMP-América. De hecho funcionó de relevo desde su creación en el año 2012 y durante los dos años de la presidencia de Elisa Alvarenga, implicándose en ese momento en temas comunes a las tres Escuelas a pesar de la diversidad de situaciones que el ámbito de ellas suponía. Se asumió también en ese momento la responsabilidad de la organización del ENAPOL. Si no recuerdo mal ese fue el VI Enapol lo presidió Ricardo a mediados de 2013.
Hacia “afuera” FAPOL tendría la posibilidad y la responsabilidad de la interlocución con las instancias políticas, con los poderes públicos, legisladores, organizaciones no gubernamentales, órganos de opinión, el medio académico y científico. Al ser pensada como una Federación y abarcar América, podría tener como tal una capacidad representativa y un peso mucho mayor que el local, ante esos estamentos. Eso se demostró rápidamente cuando la FAPOL intervino en diciembre de 2012 en la controversia con la Sociedade Brasileira de Pediatria sobre la medicalización de los niños y los diagnósticos y tratamientos de las TCC. Era el tono de los conflictos de ese momento y los ejemplos a partir de allí fueron múltiples.
Además la FAPOL, hasta ese momento solo un significante vacío pero que como todo significante vacío tuvo su potencialidad política, iba a canalizar de manera transversal entre las Escuelas lo que llamamos “la acción lacaniana”. Esos fueron sus dos ejes y ese fue el puntapié inicial.
La realidad efectiva muestra por supuesto después de 10 años los claroscuros previsibles entre los propósitos y las realizaciones, pero es evidente que los principios que se inscribieron en ese mapa siguen vigentes.
Observatorios
Con la primera permutación en 2014 cuando tomé la presidencia, se hicieron solo dos modificaciones: se creó un Bureau que acompañaría al Consejo, formado como hoy por los presidentes y Directores de las 3 Escuelas, y se crearon 5 Observatorios.
Eso a mi juicio abrió otro frente de trabajo transversal con la mira puesta en la “acción lacaniana”. No concebimos a los Observatorios para realizar una elaboración teórica y esclarecernos y hablar entre nosotros, no. Para eso las Escuelas, la AMP y el Campo freudiano tienen sus propios instrumentos y que funcionan muy bien. Los concebimos para “observar” y elucidar el estado de un tema en la cultura en un momento y un lugar determinado. Para ponderar las diferencias culturales que atraviesan América, y tener en cuenta con esa “observación” la heterogenidad de los contextos en los que el Psicoanálisis se aplica y permitir si fuera necesario intervenir como Federación. Una primera “observación” definió los temas que nos parecieron relevantes…en ese momento!!. En algunos casos esos temas se demostraron anticipatorios de problemas que hoy han estallado y que no es necesario que los recuerde. Creo que siempre hay que tener en cuenta que a ese nivel la agenda política y cultural no la imponemos desde el Psicoanálisis. La idea era simple: los Observatorios aportarían material concreto para apoyar y orientar la acción lacaniana.
Para terminar con este punto diré que siempre nos orientamos por esa clara definición de Miller cuando advierte que la dificultad que tenemos de hablar la lengua del Otro no debe mimetizarnos con ella, ni adormecer nuestro discurso para hacerlo políticamente correcto, sino que se trata de ponerlo en forma, como se pone en forma la demanda en el comienzo de un análisis, para hacer escuchar aún lo que el Otro rechaza. En eso estamos siempre un poco en falta.
Lacan 21 , GLM y Sede Santiago de la NEL.
En ese período se creó Lacan 21. Ponerle ese nombre especial surgió de una charla con Miller donde se subrayó la intención de hacer pasar el nombre de Lacan al discurso de la cultura y de la época y FAPOL tuvo el privilegio de nombrar así su primera publicación.
Un largo trabajo con los colegas de Montevideo permitió que la AMP reconociera al GLM (Grupo Lacaniano de Montevideo) como grupo Asociado a la AMP
Finalmente quiero destacar que el intenso intercambio de la FAPOL con los distintos grupos e iniciativas en Chile, que llevaban vinculados al Campo freudiano por casi 15 años, permitió que dieran el paso necesario lo que precipitó finalmente en la fundación por parte de la NEL de Sede Santiago.
RUA
En el anuncio conjunto entre la FAPOL y la AMP en el que comunicó la creación de RUA, que al mismo tiempo era una convocatoria a los colegas en la Universidad decíamos con M.Bassols quien era el Presidente de la AMP:
En el contexto de acción de las Escuelas de la AMP en América se verifica la influencia cada vez más creciente de la Universidad, importancia que sin duda será aún mayor en el porvenir inmediato. A su vez, las vías culturales dominadas por el discurso científico son cada vez más resistentes a la transmisión del psicoanálisis. El Psicoanálisis no debe ceder lugares de esa relevancia, ni aceptar ser excluidos de esos claustros”.
Que esta red se llamara RUA fue un cierto reconocimiento , y una especie de chiste entre nosotros, a los colegas brasileros quienes fueron los que nos advirtieron en aquel momento del crecimiento de una muy fuerte iniciativa de lo que llamábamos la “nebulosa lacaniana” por cooptar a psicoanalistas profesores regulares dentro de la universidad con la excusa de un proyecto editorial. JAM fue categórico al impulsar esta iniciativa que le propusimos y que en principio reunió a más de 50 colegas titulares de cátedras en toda América. No quiero repetir lo que ya todos saben sino destacar que RUA se creó como un instrumento de intervención que contuvo ese conjunto y abrió posibilidades inéditas. Recuerdo su entusiasmo cuando le dije que si se quisiera se podría instalar un tema o un debate en más de 50 cátedras de universidades simultáneamente o que colegas afectados por obstáculos cuando no por exclusiones tuvieran un contexto potente para defender al Psicoanálisis.
Voy a terminar esta intervención con una frase de JAM de 1998 que tomé para orientarme en aquel momento en que me tocó estar en la FAPOL y que se la trasmito a Ricardo hoy que asume la Presidencia: “…se trata sostener los principios, aún los más radicales, pero tener en cuenta las realidades en la aplicación […] la política lacaniana no es irrealista. Es radical y al mismo tiempo realista” [1] .
Mauricio Tarrab
[1] Miller, J.-A.: Política Lacaniana, Colección Diva, Buenos Aires, 2002, pág. 48.