Por Eliane Costa Dias

En el día 01 de diciembre de 2017, en la sede de la EBP-SP, se realizó un debate sobre la película De gravata e unha vermelha (2014)[2], contando con la presencia de Miriam Chnaiderman – psicoanalista y directora-, de Blanca Musachi – coordinadora por la EBP del Observatorio de género-, biopolitica y transexualidad de la FAPOL y Ariel Bogochvol – director de cartel de la EBP-SP-. En una propuesta de interlocución con la ciudad, una actividad abierta a todos los interesados en el tema que ocurrió luego del agitado pasaje de la filósofa Judith Butler por Brasil, marcada por intensos movimientos de apoyo y de repudio a su presencia en el país.

El documental De gravata e unha vermelha, con guion y dirección de la psicoanalista y cineasta Miriam Chnaiderman, presenta las declaraciones de 18 personajes que nos hablan de la reinvención de la sexualidad. La inmensa variedad de definiciones sexuales en la actualidad traspasa mucho el binomio masculino/femenino y ha generado una multiplicidad de identidades en relación al género y a la orientación sexual. Como destacó Blanca Musachi, la pregunta de una de las entrevistadas – ¿Qué soy yo? orienta el desarrollo de la película que nos muestra soluciones singulares para el ser sexuado frente a lo real del sexo y del goce.

Ariel Bogochvol destacó cómo el cineasta Chnaiderman se vale de su origen en la práctica clínica y de su posición como analista para acoger e interrogar esa diversidad alrededor de la sexualidad.

La búsqueda de una nominación, más allá de las clasificaciones de género del discurso de la ciencia o de los movimientos LGTB, atraviesa todas las declaraciones. Transexual, travesti, gay, mujer made in China, una mujer de pene, gender fucker, un hombre que le gusta usar pollera, una aberración que no era para existir, un hombre sin limitaciones… Con intensidad y a la vez con vivacidad y humor, los entrevistados, personas famosas y anónimas, nos hablan de la lucha por la condición de «inclasificables». Nos hablan de temas como la extrañeza, el uso o no de hormonas, la elección o no de la cirugía de cambio de sexo, el mantenimiento o no del nombre original, la vivencia de rechazo y exclusión, la relación con la familia y con el amor, el manejo de los semblantes femenino y masculino. Historias que apuntan a que la sexualidad en la contemporaneidad sólo puede consistir en una construcción singular, imposible de ser definida a partir de la lógica universal.

Soluciones singulares que pasan radicalmente por la relación con el cuerpo. La cuestión de lo humano como el hecho de tener un cuerpo aparece descripta en la película como «extrañeza», «aflicción permanente», afirmación o rechazo de lo femenino, «instrumento de contestación», superficie para una transformación que implica la invención y la creatividad en lo cotidiano, pero que no es sin angustia.

¿Cómo abordar el fenómeno «trans» y esa pluralidad de identidades sexuales a partir del psicoanálisis de orientación lacaniana?

En sus comentarios Blanca Musachi destaca el pasaje del discurso de la diferencia sexual a la diversidad como consecuencia del declino del orden simbólico en nuestro tiempo: Allí donde la diferencia estaba establecida por el binario falo/castración, binario en la base del orden simbólico, tenemos ahora, ya hace algunas décadas, una civilización que se ordena directamente por el goce, en cortocircuito con el semblante»[3].

La ultima enseñanza de Lacan y la clínica borromea permiten pensar a los «trans» más allá de las normas edipicas, como soluciones singulares para el anudamiento de RSI. Si para todo parlêtre hay un agujero fundamental, esa falta constitutiva nos deja sin respuestas en relación a lo sexual y nos convoca a un construcción/invención de respuestas singulares y siempre sintomáticas. La construcción de un cuerpo y de un género puede ser una de ellas. La transformación corporal como una vía de «hacerse un cuerpo» y de hacer un borde a esa distancia implacable que hay entre el sujeto y el goce que lo habita y que atraviesa su cuerpo. La búsqueda de una nominación como forma de inscripción en el simbólico y de posicionamiento en el lazo social.

Entonces, ¿Tomamos la demanda de transformación corporal como un sinthome?

Seguramente, hay diferencia entre construir una imagen corporal por la vía de los semblantes femenino y masculino que construirla por la vía de las intervenciones en lo real del cuerpo (ya sea por la terapia hormonal, o sea por la cirugía de cambio de sexo). Lo que nos habla de la importancia de una clínica diferencial de lo «trans» y nos remite a la afinidad de este tema de la diversidad sexual con el tema del próximo congreso de la AMP – Psicosis ordinarias y otras, bajo transferencia.

Por ahora, el documental De gravata e unha vermelha nos habla de la forma cómo cada uno de sus personajes logra «saber hacer» con su modo de goce. Nos dice que sea cual fuera la invención singular ésta implica una elección y la ética, la de responsabilizarse por una solución única, forjada para anudar cuerpo, goce, palabra y deseo.

NOTAS

  1. Miembro de la EBP/AMP e integrante del Observatorio de género, biopolitica y transexualidad – FAPOL.
  2. De gravata e unha vermelha (2014) – documental de Miriam Chnaiderman, producción de Reinaldo Pinheiro y Sequência 1.
  3. Musachi, B. Texto presentado por la autora durante el debate (01/12/2017).