Integrantes del Observatorio 1 por la NEL: Susana Dicker (NEL-Guatemala),
Jimena Contreras (Delegación NEL-Cochabamba),
Beatriz García-Moreno (NEL-Bogotá)
y María Cristina Giraldo (NEL-Medellín), coordinadora.

El discurso social privilegia la vertiente de la mujer como objeto de la violencia, y dado que el discurso analítico no lo hace, tal y como afirma el nombre de nuestro observatorio «la violencia y las mujeres», incluimos el contrapunto con respecto a la vertiente de la mujer como agente de la violencia.

Un instante de ver nos permitió establecer en cada una de nuestras ciudades y países organizaciones gubernamentales y no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos de las mujeres. Ese listado inicial se decantó con respecto a personas en algunas de estas instituciones a las que podíamos entrevistar, lo cual nos dio un marco sobre las diferentes formas de la violencia contra las mujeres en cada país, así como los discursos al respecto y las formas de intervención desde el Otro social.

Si bien privilegiamos la entrevista como forma de indagación, como mostraremos más adelante no fue el único dispositivo que surgió en la contingencia. La construcción de las preguntas para las entrevistas implicó de nuestra parte el estudio previo de los discursos de los que estas organizaciones se sirven, así como definir una pregunta de investigación: la diferencia sobre el término víctima desde el discurso social y desde el psicoanálisis, que nos permitiera apuntar con las preguntas y hacer resonar en ellas algo distinto al discurso corriente, a la par de obtener información.

Establecimos dos formas de la violencia que están presentes en nuestros países:
1.-La mujer y el conflicto armado: las mujeres como víctimas del conflicto armado, en Guatemala y en Colombia. Las mujeres como actores del conflicto armado (combatientes y excombatientes), en Colombia.
2.-La mujer y la violencia en la familia. En Cochabamba, Bolivia.

Requerimos, para poder hacer el análisis del establecimiento de las entrevistas, del estudio de referencias esenciales en tres vertientes:
1.- La agresividad en psicoanálisis y la violencia, que sin ser un concepto psicoanalítico, puede abordarse desde nuestro discurso.
2.- Sobre la guerra desde Freud, Lacan y la investigación coordinada por Marie-Hélène Brousse.[1] Desde la filosofía política, autores cercanos a la AMP, para entender la violencia y la guerra desregularizada en nuestros países como el grado cero de la política, como la proponen Bernard-Henri Lévy[2] y Jean-Claude Milner.[3] 3.- Sobre víctima, estudiamos especialmente una selección de las elaboraciones y de los textos de preparación en las diferentes Escuelas que se realizaron para PIPOL 7 ¡Víctima! ¿Cómo escapar?, realizado en julio 5 en Bruselas.
4.- Los textos con los que participaron colegas de la AMP en los eventos de ONU-Mujeres, especialmente las de Patricio Álvarez, Miquel Bassols, Gil Caroz, Marié-Hélène Brousse y María Cristina Aguirre.

Destaco de los hallazgos solo los puntos más importantes que permiten orientar el trabajo siguiente, que será abrirnos a un tiempo de comprender y a la construcción de una repuesta a la pregunta sobre la inserción posible del psicoanálisis en algunas de estas organizaciones, bien sea en un diálogo de saberes, como sinergia entre discursos o en la pregunta sobre ¿qué trabajo es posible, desde nuestro discurso, con mujeres en las organizaciones en las que calculamos que se puede generar transferencia de trabajo? Estos aspectos serán profundizados por las colegas de la NEL en la reunión del Observatorio 1 de las tres Escuelas en ENAPOL.

1.- Los lazos identificatorios entre las mujeres en las organizaciones de víctimas a las que pertenecen. Es la victimización la que da existencia a estas mujeres; hay una forma de goce en ese lazo que termina por ser más importante que lo que implica un cambio en su posición subjetiva. Mujer y sociedad gozan de este vínculo que encontraron y es importante ver en cada caso cómo no quedar atrapadas. De otro lado, encontramos que no se puede seguir explicando la violencia contra las mujeres solo desde el parlêtre.

2.- Nos sorprendió la capacidad de las mujeres para tener un trabajo y sostener a los suyos en situaciones límites y el compromiso político de buscar formas de tejer con otros el vínculo social deshecho por la violencia derivada del conflicto armado. Así como para convertirse en agentes de cambios cotidianos, sociales y políticos en la lucha por los derechos.

3.- El discurso social considera, desde una posición feminista, en la perspectiva de género, que la guerra es altamente patriarcal y que su esencia es resolver los conflictos de forma violenta y pasa por la eliminación física y simbólica de lo otro, otra diferente. Sorprende que desde algunas posiciones feministas se interroguen por ejemplo que «las mujeres no son pacifistas por ser mujeres» y que consideren que estas son «posturas esencialistas». Algunas organizaciones no incluyen a las mujeres que optan de manera consciente por ser parte de la guerra, aunque respetan esta opción, pero centran su trabajo «dar la voz a las mujeres que han sido víctimas del conflicto armado, desde diferentes hechos victimizantes y como parte de la sociedad civil». [4]

4.- En cuanto a las mujeres combatientes y excombatientes del conflicto armado Colombiano, la lucha insurgente se ha degradado por tratarse de una guerra de larga duración. Se encuentra una zona gris en la que hay borramiento de los límites entre víctimas y victimarios. Las mujeres que pertenecían a antiguos grupos insurgentes tenían una posición política que se ha diluido en los actuales grupos; igualmente se destaca la ausencia de una posición política en los grupos paramilitares.

5.- La implicación del Estado en su ausencia o debilidad con relación a las acciones y omisiones que ha tenido, así como a las leyes que promulga, si bien tienen el falso semblante de derechos.

6.- En Bolivia, en los últimos 30 años, se ha trabajado para que la violencia sea visibilizada y situada como un problema social, lo cual implica un cambio en las tradiciones culturales que sostenían la posición de los varones. Los informes muestran a las mujeres como una población que sufre violencia de parte de sus cónyuges, pero que guardan silencio, unas veces porque asumen que así es la vida de una mujer casada y otras para guardar la apariencia social. Todo problema de pareja tiende a ser ubicado en el campo de lo privado, pero lo privado se ha hecho público y las mujeres buscan ayuda solicitando orientación y protección. El Estado interviene sobre la problemática y en marzo 2013 promulga la ley 348 que sitúa a la violencia como un delito penal. En función de la ley se crean instituciones para atender a las denunciantes. Sin embargo, en los últimos años los índices de violencia han aumentado, en tanto el problema no cambia por el aumento de sanciones.

7.- En Guatemala, la violencia contra las mujeres se manifiesta en dos ámbitos: el privado y el público. En el primer caso, en el ámbito de las parejas o de las relaciones intrafamiliares, es donde están más escondidas. En el ámbito público, esa violencia ha generado violaciones masivas contra las mujeres, en situaciones de mucha crueldad. Durante el conflicto armado interno (que duró 36 años) fue una práctica generalizada, masiva, brutal.

8.- En los lugares donde hay tráfico de drogas, las formas de la violencia toman un cariz distinto, especialmente asociado a la trata de adolescentes, en Colombia, y el feminicidio, en Guatemala, país donde la migración, en particular hacia EEUU, se convierte en una vía de violencia sexual no denunciada.

9.- Otra forma de violencia es el racismo contra las mujeres indígenas. Durante la guerra en Guatemala, el 90 % de las mujeres violadas fueron indígenas. Ser mujer indígena genera un mayor nivel de devaluación social y, por lo tanto, de vulnerabilidad social, en tanto denuncian menos, algo que Jimena Contreras pudo comprobar también en Cochabamba.

10.- Beatriz García-Moreno trabajó en dos líneas: Mujer, violencia y belleza, en la cual publicó su producto, «Belleza y violencia contra la mujer», en la Revista de la NEL, Bitácora Lacaniana, Sinthome y cuerpo hablante,Grama, Buenos Aires, No. 4, Septiembre de 2015. La otra línea de trabajo introdujo una

Entrevistada Organización Vertiente Ciudad Entrevistó
Julieta Montaño Directora de la Oficina Jurídica para la mujer La mujer y la violencia en la familia Cochabamba Jimena Contreras
Lic. Raquel Melgar Directora de Género generacional y familia en la Alcaldía de Cochabamba La mujer y la violencia en la familia Cochabamba Jimena Contreras
Lic. Mónica Guzmán Jefa de Servicios Legales Integrales para la mujer La mujer y la violencia en la familia Cochabamba Jimena Contreras
Lic. Patricia Mendoza Psicóloga de Servicios Legales Integrales para la mujer La mujer y la violencia en la familia Cochabamba Jimena Contreras
Marina Gallego Coordinadora Nacional Ruta Pacífica de las mujeres -Premio Nacional de Paz 2014- Mujeres víctimas del conflicto armado Bogotá María Cristina Giraldo
Análisis de investigaciones [5] ECAP, UNAMG, ACSUR y AECID Mujeres víctimas del conflicto armado Guatemala Susana Dicker
Luz Méndez[6] Integra una comisión de la ONU Mujeres víctimas del conflicto armado Guatemala Susana Dicker
Luz María Londoño Museo Casa de la Memoria. Área de Investigación. Mujeres combatientes y excombatientes Medellín María Cristina Giraldo
Grupo de Promoción Social FASOL 4 encuentros de trabajo con un grupo de mujeres Mujeres víctimas del conflicto armado Bogotá Beatriz García M

NOTAS

  1. Brousse, M.-H. (Compiladora), El psicoanálisis a la hora de la guerra, Tres Haches, Buenos Aires, 2015, 364 p.
  2. Lévy, B.-H., Reflexiones sobre la guerra, el mal y el fin de la historia, BSA, Barcelona, 2002, 396 p.
  3. Milner, J.-C., Por una política de los seres hablantes, Grama, Buenos Aires, 2013, 88 p.
  4. Entrevista de María Cristina Giraldo a Marina Gallego, Coordinadora Nacional de Ruta Pacífica de las Mujeres (Colombia- Premio Nacional de Paz), para el Observatorio 1 de la FAPOL, Medellín, Octubre 31 de 2014.
  5. Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial (ECAP), Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG), ACSUR, ONG de Cooperación para el Desarrollo y AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo).
  6. Estudios de género y maestría en Administración Pública por Harvard’s Kennedy School of Government .
    Integrante de la mesa de negociaciones para la paz, después del conflicto armado interno. Formó parte del equipo de expertos para conversaciones de paz en Arusha, Tanzania, por UNIFEM. Participó como experta en negociaciones en Doha, Qatar. Miembro del Advisory Council of the Global Fund for Women. Vicepresidencia y la presidencia de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas. Escritora.