¿Quién soy?
La pregunta por el ser tiende a tocar lo más íntimo de cada uno. Se afirma que el exilio incide en el ser, y es cierto en la medida en que el exilio solo es posible para el ser hablante. Hay exilio ahí donde el lenguaje, que agujerea lo Real, designa que algo pueda o no estar en su lugar, al mismo tiempo que designa que algo pueda o no ser en un lugar.
El ser remite a la ek-sistencia, neologismo que Heidegger concibe para referirse al Dasein. Dirá “el Dasein existe, sólo él existe […] existencia es estar‐fuera, salir fuera”[i]. El Dasein es, su ser conlleva “su aperturidad”[ii]. Para Heidegger “el propio ser-aquí se presenta en cuanto «arrojado». Se presenta en el arrojo del ser”[iii]. Podría decir que el ser es el movimiento de ese arrojar.
Ahora bien, la etimología del término exilio, según J.-L. Nancy[iv], nos remite al latín “ex” que designa un fuera de y ambulare, que significa “andar”, “ir”. Así, de la unión de estos términos queda: exulare, verbo que designa la acción del exuz quien es, en palabras de Nancy, “el que sale, el que parte, no hacia un lugar determinado, sino el que parte absolutamente.”[v] El exilio puede considerarse como el movimiento de ese ir fuera de. No es solamente una referencia a un estar fuera de un territorio, es decir, de una ubicación geográfica, si no que implica el movimiento de salida, el arrojo.
El exilio en el lenguaje
¿Dónde está arrojado, exiliado, el ser si no es en el lenguaje? Heidegger afirma que: “El lenguaje es la casa del ser: al habitarla el hombre ex-siste”[vi]. Incluso cuando Lacan hace el pasaje de la noción de Sujeto a la de parlêtre, vemos que permanece la referencia al ser que se sostiene en la palabra. Para Miller, “antes del ser, hay lenguaje”[vii], el ser deviene una creación del lenguaje y aparece como “vocación de no tener límite”[viii]. Es precisamente por eso que, según Miller, el ser aparece como “huidizo, incierto cuando uno habla”[ix].
El ser huye justamente entre las palabras, entre S1 y S2. Y avanzo diciendo que solo huye lo que no es significación sino sentido. Se trata de una fuga del sentido, que es solidaria con la idea del arrojo, del movimiento, propio del ser. Así, se podría concebir que el ser es la fuga misma del sentido y, en consecuencia, al ser hablante como exiliado EN el lenguaje, ahí donde el sentido fuga. Marie-Helene Brousse afirma justamente que “no hay exilio del lenguaje”[x] designando con ese “no hay” la parte de imposible en ese exilio.
El ser hablante no puede exiliarse del lenguaje, porque aun cuando se trata de un sin-sentido, el sentido insiste, como en el enigma. Ustedes recordarán que, para Lacan, el enigma es el colmo del sentido[xi] porque ahí donde está ausente, suponemos que hay.
Todos estamos exiliados en el lenguaje – la mayoría – se trata de un exilio constituyente. Sin embargo, Lacan llegará a considerar la vía del ser como infructuosa para la clínica pues al estar inscrita en el sentido, no es sino puro semblante que opera a nivel de goce como un velo. “la fórmula no hay relación sexual – nos dice Miller – implica que a nivel de lo real solo hay semblante; no hay relación en la medida que el semblante consiste en hacer creer que hay algo allí donde no hay.”[xii]
Una salida por otro exilio: la lalengua
¿Cómo operar a nivel de lo real, a nivel del goce, si este ex-siste al lenguaje?
Aquí, ex-siste implica, como Lacan lo concibió, lo excluido, lo Uno, lo que está por fuera pero sin lo cual el conjunto no puede sostenerse y que, en ese sentido, está íntimamente ligado a él. Es bajo esta perspectiva que puede pensarse al “sujeto como exiliado de sí mismo”. Esto es importante para entender que eso que ex-siste es resultado del encuentro traumático del cuerpo con la lalengua. En el Seminario 20, Lacan elabora otra vertiente del lenguaje, la lalengua, que no es una lengua para la comunicación sino para el goce. De hecho, el lenguaje es un derivado de la lalengua. Miller llegará a decir que «el lenguaje no existe en primer lugar»[xiii] y que solo empieza a existir a partir de la lalengua sobre la que “elaboramos la estructura del lenguaje, que solo es ‘una elucubración de saber sobre lalengua’«[xiv]. La lalengua implica la afectación irremediable del viviente, punto traumático al que no se escapa y con cuyos efectos habrá que hacer algo.
Para Lacan “lo que se sabe hacer con lalengua rebasa con mucho aquello de que puede darse cuenta en nombre del lenguaje”[xv], este saber-hacer con la lalengua implica a la poesía en tanto que ésta también supone un uso del lenguaje que no sirve para la comunicación[xvi]. La lalengua combina palabra y goce a nivel del lenguaje. Se sitúa entonces del lado del goce en los equívocos, las fallas, en el murmuro de la lengua. Pensar el equívoco es pensar en otro nivel del de las formaciones del inconsciente. Ya no se trata del inconsciente como discurso del Otro, pues, como en la poesía, se trata de un decir sin Otro. En este punto, Lacan se ubica ya en la perspectiva de lo que desarrolla más tarde como la Una-equivocación.
La poesía entonces puede ser una vía para nombrar un real. Es la poesía produciendo un “efecto de sentido real”[xvii] y que opera como el chiste, es decir, a nivel de la Una-equivocación.
Lacan decía que él no era bastante poeta[xviii] (“Je ne suis pas poâte-assez”). Yo tampoco, así que elegí, para terminar, un poema de Heidegger que, me parece, retoma mi propósito. El poema titula: Lenguaje[xix].
Sólo unos pocos
pero de acuerdo
en lo solitario
de lo único uno,
de lo mismo:
sólo ellos escuchan el lenguaje
de los lenguajes
[i] Heidegger, M., Ser y tiempo (J. E. Rivera, Trad.). Madrid: Trotta. 2012
[ii] Ibidem, el término en alemán es: Erschlossenheit
[iii] Heidegger, M., Cartas sobre humanismo, Alianza editorial, Madrid. 2006, p. 33.
[iv] Nancy, J.-L., “La existencia exiliada” (J. G. López, Trad.), Archipiélago: Cuadernos de Crítica de la Cultura, Nº 26-27, Barcelona, 1996.
[v] Ibidem.
[vi] Heidegger, M., Cartas sobre humanismo, Alianza editorial, Madrid. 2006, p. 43.
[vii] Miller, J.-A., El ser y el uno (Versión electrónica), sesión del 15/06/11
[viii] Ibidem.
[ix] Idem. Sesión del 23/03/11
[x] Cf. Brousse M.-H., «L’exil et la guerre», Exils – regards psychanalytiques, 2019, p.93.
[xi] Lacan, J., “Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los Escritos”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2002. p. 579
[xii] Miller, J.-A., De la naturaleza de los semblantes, Paidós, Buenos Aires, 2002,
[xiii] Miller, J.-A., Todo el mundo es loco, Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 211
[xiv] Ibidem.
[xv] Lacan, J., Aún, Seminario libro XX, Paidós, buenos Aires, 2008. p. 167
[xvi] Fajnwaks, F. La urgencia de la palabra, hoy, Seminario del Campo Freudiano de Valencia, 2020
[xvii] Laurent, E., El nombre y la causa, Libro digital, IIPsi – Córdoba, 2020.
[xviii] Lacan, J. “Un significante nuevo” (A. Bande – F. Laure, Trad.), Publicado en Colofón. pp. 36.
[xix] Heidegger, M., Pensamientos Poéticos, Herder, México, 2010.